A menudo se nos olvida la cantidad de cosas interesantes que podemos ver sin necesidad de ir de viaje o de visitar maravillosos parajes. Prueba de ello es, por ejemplo, la maravillosa exposición sobre Leonardo da Vinci a la que tuve la oportunidad de asistir a principios de año. Hacía bastante frío, pero la visita mereció la pena. Una lástima que no pueda ofreceros fotos de la exposición en sí, pero el cielo estaba particularmente bonito aquel día.
Ya sabéis que soy una gran fan de los cielos nublados. Nublados, que no lluviosos. Aunque los cielos despejados también me gustan lo suyo.
Y, de vez en cuando, toca pararse a mirar paisajes más urbanos.
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